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 en una canción cuenta sus vivencias y expresa claramente que ella vuelve a su suplicio

Máxima Acuña

Regresa a recibir amenazas de muerte...

Publicado: 2016-04-28

En quechua, Yanacocha significa ‘Laguna Negra’. También es el nombre de una laguna que dejó de existir a inicios de los noventa para dar paso a una mina de oro de tajo abierto considerada en su mejor época la más grande y rentable del mundo. Debajo de las lagunas de Celendín, la provincia donde viven Máxima Acuña y su familia, hay oro. Para extraerlo, la minera Yanacocha ha diseñado un proyecto llamado Conga que, según economistas y políticos, llevaría al Perú hacia el Primer Mundo: vendrían más inversiones y por tanto más puestos de trabajo, modernas escuelas y hospitales, lujosos restaurantes, nuevas cadenas de hoteles, rascacielos y, como anunció Ollanta Humala, el Presidente del Perú, quizá hasta un tren subterráneo en la capital. Para conseguir todo ello, sin embargo, Yanacocha dice que será necesario secar una laguna ubicada a más de un kilómetro al sur de la casa de Máxima para convertirla en una mina de tajo abierto. Después utilizaría otras dos lagunas para depositar allí los desechos. La Laguna Azul es una de ellas. Si eso sucede, explica la campesina, podría perder todo lo que su familia posee: las casi veinticinco hectáreas de tierra rebosante de ichu y otros pastos alimentados por manantiales. Los pinos y queñuales que le proveen de leña. Las papas, ollucos y habas que hay en su chacra. Y, sobre todo, el agua que beben su familia, sus cinco ovejas y sus cuatro vacas. A diferencia de sus vecinos que vendieron sus tierras a la compañía, la familia Chaupe-Acuña es la única que todavía vive junto a la futura zona de extracción del proyecto minero: el corazón de Conga. Ellos dicen que jamás se irán de allí.

La vivienda y cultivos de Máxima se ubican en la entrada a una de las lagunas que el proyecto minero Conga, de la compañía Newmont, usaría como depósito de desechos. Por esto le entablaron un proceso judicial que finalmente ganó en segunda instancia en el 2015, convirtiéndola en símbolo de lucha y resistencia.

Máxima logró demostrar con documentos que compró la propiedad en 1994, mientras que la empresa argumenta que compró las tierras entre 1996 y 1997.

Un nuevo ataque contra la campesina cajamarquina Máxima Acuña habría ejecutado la empresa minera Yanacocha, según denuncia la organización Grufides.

En un comunicado, señalaron que  policías, seguridad y trabajadores de la minera ingresaron al terreno que ocupa Acuña y su familia y destruyeron sus cultivos de papas. Además, ingresaron a la casa de la campesina y persiguieron a su hijo con el objetivo de capturarlo.

Luchar por su tierra y por el agua que le dan sustento la han convertido en blanco de las grandes empresas mineras ya que constituye una alto a sus actividades extractivas.


Escrito por

Isabel Guzmán

Soy estudiante de Ciencias de la Comunicación en Tarapoto


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